Hoy, sin embargo, merece un elogio escrito una mujer joven, que aún no tiene un nombre radiante, pero que quizá lo tenga pronto. Porque ha demostrado ser lúcida y valiente, dos atributos nada comunes. (...) El día de fiesta de Elisa Lozano Triviño, galardonada por sus méritos, se había transformado en un día triste, de luto, para una ciudadanía que asiste a la degradación de sus servicios públicos y a la devaluación de su vida cotidiana. Un Madrid sin Atención Primaria, un Madrid de propinas para camareros y camareras, un Madrid en el que “se empieza autorizando la creación de más universidades privadas, se deriva dinero para ellas, se ahoga a la pública detrayéndole estos fondos para generar agujeros económicos que influyen en la calidad y el prestigio de su docencia e investigación… Por último, Ayuso provoca su propio nombramiento como alumna ilustre para acabar de desprestigiar a la institución”. En el análisis del doctor en Filología italiana Manuel Gil Rovira, persona vinculada a